Los trabajos aéreos nos permiten realizar inspecciones en zonas de altura o que por su complejidad resulten conflictivas. Unos trabajos que, hasta ahora, requerían enormes medidas de seguridad para los operarios, además de suponer un gran coste.
Estas nuevas tecnologías, nos permiten realizar inspecciones de cableados eléctricos, torres de alta y media tensión, aerogeneradores… sin correr riesgos y a un menor coste.
Más allá del coste, hay que destacar la reducción del tiempo de trabajo en incluso más del 60%.
Trabajamos con la única cámara térmica de óptica intercambiable y con un rpas cadenado que nos permite acercarnos mucho más a la zona a inspeccionar, sin miedo a un choque que provoque la rotura de hélices y la caída del aparato.
El cadenado de fibra de carbono nos proporciona una fiabilidad excepcional con respecto al resto de rpas no cadenados. Otra característica ha añadir, es que este tipo de rpas es de los pocos que nos permite colocar la cámara sobre él, para poder inspeccionar pasos elevados, puentes de gran altura, etc.
Con la cámara térmica de una precisión de 0.05°C y el ±2%, podemos obtener imágenes en placas fotovoltaicas para apreciar cuales no trabajaban adecuadamente en un simple vuelo en tiempo real. Del mismo modo, podemos valorar las perdidas de eficiencia energética en fachadas y techos de edificios.
Con el ala fija se realizan vuelos recorriendo tuberías, gasoductos y oleoductos, para comprobar así el estado de la infraestructura por todo su recorrido en mucho menos tiempo del que utilizan los equipos de tierra habituales reduciendo, una vez más, el coste de mantenimiento.